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Nuestra Historia

Fundado en 1907, el Cementerio Holy Hope fue el primer cementerio católico establecido en Tucson que no formaba directamente parte de una parroquia. Los primeros entierros fueron de fieles católicos cuyas familias trasladaron sus restos desde cementerios más antiguos en toda la zona.

En los primeros días del cementerio, eran las familias las directamente responsables del entierro de sus seres queridos, ya que no había personal oficial empleado en el lugar. Como resultado, las familias no solo limpiaban el terreno de cactus y maleza, sino que también muy probablemente cavaban las tumbas ellos mismos. Las parcelas se vendían por una tarifa marginalmente pequeña y se podían adquirir directamente a través de la parroquia de la familia.

Al caminar por las áreas más antiguas del Cementerio Holy Hope, muchas familias notan que los fieles son enterrados mirando hacia el sur en lugar de seguir la tradición judeocristiana de mirar hacia el este. Se cree que muchos de los fieles que fueron enterrados en Holy Hope en los primeros años habían nacido en México y querían que sus cuerpos miraran hacia su tierra natal.

Durante más de 50 años, el Cementerio Holy Hope mantuvo un paisaje natural de desierto, pero en 1963 comenzaron las obras para pavimentar los caminos antes de tierra y transformar el paisaje en lo que ves hoy. Para ayudar con esta monumental tarea, el cementerio creó su propio vivero de plantas, cultivando grandes árboles de sombra y plantas, y contrató oficialmente a su primer personal profesional de cementerio.

En 1966, los restos del primer obispo de Tucson, el Arzobispo Jean Baptiste Salpointe, fueron trasladados desde la Catedral de San Agustín y colocados en su lugar de descanso final dentro del área designada para sacerdotes en el Cementerio Holy Hope.

En 1980, la Diócesis de Tucson expandió sus operaciones de cementerio con la compra de terrenos en el extremo este de Tucson. El Cementerio All Faiths fue único en su época al incluir un Cementerio Católico “Nuestra Señora del Desierto”, un cementerio no denominacional “Desert Vista”, dos cementerios judíos, propiedad del Templo Emanu-El y del Templo Anshei Israel, así como un cementerio propiedad del Centro Islámico de Tucson.

El Cementerio Católico Nuestra Señora del Desierto sigue manteniendo un hermoso paisaje semejante al desierto.

Hoy en día, nuestros cementerios siguen creciendo y desarrollándose, ofreciendo no solo más opciones para los seres queridos, sino también una forma de continuar las tradiciones familiares generación tras generación.